estamos en la misma lágrima

La pared. Y su función: definir, limitar, restringir, limitar, hacer igual. La homogeneidad y la frontera de demarcación, las unidades de pertenencia y separación y límites, de un espacio, de un individuo, de una tierra, un pueblo, de la existencia misma. Y los elementos que la si misma existencia distinguen, a veces ni exclusiva ni consistente. Elementos que configuran un territorio y un destino en la cultura, que no han existido siempre, pero se han acumulado, y una vez contradicha, en el curso del tiempo. Y la libertad de la extensión de cada uno de ellos sólo coincide parcialmente con la libertad de los otros, como las fronteras borrosas y los problemas de un país, un compromiso entre la utopía y la realidad, entre la tradición y la traición, entre el dibujo y el proyecto. Rechenu, Eretz Yisrael, Filistea, Siria Judea, Eretz Ha-Ivrim, peleset, Siria Palestina, Pəléšeth, Filasteen, con el tiempo Palestina fue llamado por diferentes nombres a las definiciones que evocan imágenes. Todos los nombres que hacen referencia a las diferentes entidades, pero correspondiente a un mismo territorio geográfico que confieren características específicas que están mas en la mente de los que la utilizan en la realidad concreta de esta tierra. Palestina es una tierra atravesada por muchas fronteras internas, fronteras, checkpoint, paredes, prohibiciones, puestos de control, territorios ocupados, a menudo no es visible para los que no son estados de persona. Una fragmentación del territorio real en una miríada de pequeños espacios, cada uno con su propia importante  historia dolorosa y profunda. Y aquí, más que en otros casos, la construcción mental se puede hacer, no sólo por los hombres y mujeres que viven en ese estado, sino también de aquellos que lo convierten en un punto de referencias simbólicas.
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La pared

Los Israelíes pongon en la pared las esperanzas de paz en el Oriente Medio. Los palestinos la condenan como una expresión de racismo que impide cualquier desarrollo equilibrado de sus territorios. La geografía nos enseña que donde se instalan los desequilibrios económicos, también se activan las tensiones políticas y sociales. El muro que divide impide la libre circulación de bienes y personas, el pensamiento democrático y autoriza el consientimento a los márgenes del extremismo más intransigente. Israel ve en la pared  una herramienta de seguridad (“donde hemos construido la pared tenemos más control sobre el terrorismo y disminuyó el número de atentados“). Originalmente el proyecto, también con el apoyo de la izquierda israelí pacifista, que ahora le condena, iba a ser el instrumento para demarcar la frontera entre Israel y Palestina y pasar sobre la llamada línea verde. Tenía que dividir el territorio de Israel desde los territorios ocupados, la promoción de la seguridad  para Israel y sino también para los palestinos, diciendo que la tierra más allá del muro es en tierra palestina. Durante la construcción, sin embargo, mucho ha cambiado: ya no pasa por el muro en la frontera, pero en medio del territorio palestino, ha creado islas palestinos en territorio israelí. Como en algunos pueblos – la ciudad de Qalqilya, por ejemplo – rodeados por todos lados por hilo de espino, islas de las que es difícil entrar y salir, de la que sólo se puede pensar en escapar. Usted tiene que “ver” esta pared, en toda su monstruoso tamaño, tienes que ir allí, para entender lo que significa para el pueblo de Palestina a vivir en esas condiciones. Nuestro esfuerzo es ayudar a multiplicar los ojos que ven.
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